El centro de Alvito es el corazón palpitante del pueblo, que envuelve a la población en el aroma del café, el turrón y la pasta de almendra, y los pasteles de crema con nombres nobles. Caminando por el pueblo encontrarás muchas iglesias y muchos palacios pertenecientes a las familias nobles de Alvito, una antigua fuente y una de las antiguas puertas de acceso al pueblo. Alvito, en la provincia de Frosinone, se encuentra en el Valle de Comino, dentro del Parque Nacional de los Abruzos, Lacio y Molise y de la comunidad montañosa del Valle de Comino. Alvito, elegantemente aferrado al monte Morrone con sus tres niveles de estructura, abrazado por las antiguas murallas que discurren cuesta abajo entre los olivos y que, abajo, estallan al no poder contener las casas que se desparraman por los lados, es un espectáculo que no hay que perderse. El centro es el corazón palpitante de la ciudad, que envuelve a la población en el aroma del café, el turrón y la pasta de almendras, y los pasteles de nata con nombres nobles. Aquí los señores de Gallio, duques renacentistas, erigieron su palacio con interiores ricamente decorados y un pequeño y maravilloso teatro. Hoy en día alberga el Ayuntamiento, donde siempre se puede encontrar a alguien dispuesto a enseñarle el lugar. Paseando por el pueblo encontrará muchas iglesias y palacios pertenecientes a las familias nobles de Alvit, una antigua fuente y una de las antiguas puertas de acceso al pueblo. El Castillo, fortaleza señorial de las familias feudales que acuñaban moneda, con sus imponentes torres de vigilancia vigila todo el valle de abajo. Las callejuelas, las iglesias y las plazuelas lo convierten en un lugar para pasear y relajarse en el silencio sólo interrumpido por las campanas que anuncian la misa. Allí el buen párroco siempre está dispuesto a contar historias y leyendas y a mostrar con orgullo la iglesia que cuida con cariño. Alvito ofrece una serie de itinerarios históricos, artísticos, naturalistas, enogastronómicos y deportivos aptos para todos los visitantes y, previa reserva, las asociaciones que operan en la zona están disponibles para acompañar a los turistas a descubrir la historia de estos lugares, lo que queda de épocas pasadas y todo lo que ofrece la naturaleza. Las rutas se desarrollan en torno a los cinco sentidos más uno, porque no sólo está el olor de los plátanos en la alameda, el sabor del turrón casero, la espectacular vista desde el castillo, las piedras lisas de las murallas medievales, el canto de los pájaros y la voz de los lobos en el bosque, en Alvito también está la imaginación, el sexto sentido más importante, que ha llevado a la creación de itinerarios atractivos, emocionantes y espectaculares para descubrir las características del territorio. Estas van desde las clásicas rutas de montaña hasta las de colinas entre los viñedos de Cabernet Atina DOC, y Pecorino DOP, pero también las visitas a los edificios del siglo XVII del centro histórico hasta las que exploran la historia de los numerosos campanarios. Las 15 fuentes que se remontan al año 1100 también desempeñan un papel importante y una ruta las engloba a todas.